martes, 22 de julio de 2008

Niño, pez o un maldito muchacho


Me ensartaron la boca y ahogaron mis sueños
Mis branquias se agitaron en vano, negándose a tragar salado
Aturdido sin aliento, revivo en cada esquina
Muriendo cada día con los ojos abiertos y aleteando mi cola descalza
La red se hizo escama en mi cuerpo sin tiempo
Atraparon mi mente en la suya, y la vida se enredo entre la malla
Conmigo cayeron los otros y éramos más que simples carnadas
Me llevaron al peso subastando mi carne a los profanadores
Sirvieron en blancos manteles, mi sonrisa, mis ojos caídos
Brindaron con vino y pusieron un precio a mi leve mirada
Llenaron sus arcas de oro manchado con gritos de hambre
Mi rostro lapidario ocupo las primeras en los medios de prensa
Y sorteando fortunas ajenas en mis propias esquinas
Me tope con mi igual plegado en el cristal de un último modelo
Como viejo salmón regreso a desovar las mañas ganadas y la vida perdida
Y en mi dolor de parto desgarro mis entrañas buscando una respuesta
Soy un niño, pez o un maldito muchacho.


Gregorio Cabral


Santo Domingo
Martes 22 de julio del 2008

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