miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ondea Bien Alta Bandera Mía


G. Cabral

27 de mayo del 2010

Santo Domingo, R.D.

Ondea bien alta bandera mía que no alcancen los barbaros a manchar tu nombre, tus colores ni tu espíritu de guerra y de paz, que no te arríen con el miedo miserable y cobarde.

Ondea bien alta para que tu cruz de paz y los colores de guerra tiñan de canto el cielo de mi patria y mueran de rabia los que jamás pudieron enhestar otro lienzo.

La plaza de la Bandera ubicada en la avenida 27 de Febrero esquina Gregorio Luperón más que lucir descuidada es un espanto, es una burla cruel a nuestros símbolos, es un insulto humillante a la razón de ser dominicanos.

Se posó la pereza en cada escalón que me lleva hasta ella, se agrietaron los muros como cómplices inciertos de los que miran sin ver, de los que callan pronunciando tu nombre en cada fecha patria.

En sus fosas sin vidas se sepultan los sueños de los hombres de ayer que aportaron sus vidas, su honor su vergüenza, para verte arriba más arriba mucho mas.

En estas fosas cloacales pudieran sepultar a los hombres de hoy que mueren de miedo, de vergüenza, que arrojan sin pudor los honores de aquellos que lo dieron todo para que fuéramos patria.

Este arco del triunfo que resguarda a la emblemática escultura del Arquitecto Juan de Avalo, que representa La madre Patria defendiendo al soldado caído por protegerla, se quiebra como indefensa sin poderlo defender de los mismos soldados que cuidan este altar.

Pero sigue ondeando con la bravura de tus colores y forma la cruz sobre tu hermoso cielo que a tu alrededor sonríen tus centinelas y te despojan sin pena de tus batallas ganadas, de tus honores rendidos.

Yo te siento en mi alma bandera mía y aquellos que solo ven tu ondear se olvidaron de tu gracia, de tu aliento, y mancharon sus almas con los mismos trazos que pintaron los muros.

Arriada estas en la vergüenza de los que te usan en arengas vacías y enhestada seguirás en el corazón de los muchos dominicanos que seguimos el ejemplo de de los que pusieron sus almas en cada sacudida que arremeten los vientos, seguirás arriba más arriba mucho mas, bandera mía.

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